LAS CRÓNICAS DE NARNIA
"Las crónicas de Narnia: El
león, la bruja y el armario" es una espectacular película
basada en el clásico literario del popular escritor C.S. Lewis.
La historia narra las aventuras de cuatro hermanos: Lucy (Georgie
Henley), Edmund (Skandar Keynes), Susan (Anna Popplewell) y Peter
(William Mo-seley), que durante la Segunda Guerra Mundial descubren el
mun-do de Narnia, al que acceden a través de un armario
mágico mien-tras juegan al escondite en la casa de campo de un
viejo profesor. En Narnia descubrirán un mundo increíble
habitado por animales que hablan, duendes, faunos, centauros y gigantes
al que la Bruja Blanca –Jadis– (Tilda Swinton) ha condenado
al invierno eterno. Con la ayuda del león Aslan, el noble
soberano, los niños lucharán para vencer el poder que la
Bruja Blanca ejerce sobre Narnia en una espectacular batalla y
conseguir así liberarle de la maldición del frío.
La película cuenta cómo en Inglaterra en plena Segunda Guerra Mundial, cuatro hermanos son enviados lejos de la destrucción de las bombas, a una vieja casa apartada, donde vive un enigmático profesor. Allí descubrirán un armario que conduce directamente a un lugar conocido con el nombre de Narnia, ahora dominado por una cruel bruja blanca, y en el que existe una profecía sobre cuatro humanos que salvarán Narnia de la tiranía.
La historia refleja el clásico enfrentamiento entre las fuerzas del Bien y las fuerzas del Mal, todo ello en un mundo de fantasía y magia, donde todo es posible, y que sin duda hará las delicias de los amantes de este tipo de historias, y que en este caso son niños de todas las edades, a los que va dirigida la película, la cual, a pesar de poseer un evidente tono infantil, no trata a los más pequeños como si fueran idiotas, mientras todo les resulta fácil de entender. Del mismo modo, a los mayores no se les trata como si fueran críos, y el film les puede resultar también interesante. Creo que éste es el mayo acierto de esta correcta película, que con sus numeroso defectos, constituye una de las muestras de cine infantil más adultas (por el respeto que profesa) que se han hecho en mucho tiempo.
Otro acierto ha sido la elección de su reparto. Sin haber grandísimas interpretaciones, todos cumplen perfectamente con su cometido, haciendo creíbles sus personajes; desde un casi fugaz Jim Broadbent, como el viejo profesor, dueño de la casa donde está el mágico armario; Tilda Swinton aprtando toda su caracterítica frialdad a la bruja blanca, un personaje que tiene que ser precisamente eso, frío. Y para mi sorpresa, los cuatro niños están más que correctos en sus respectivos papeles, sobre todo Georgie Henley, de preciosa sonrisa y que está absolutamente adorable como la hermana pequeña.
En la dirección, el firmante de dos obras maestras protagonizadas por un ogro verde y un asno, Andrew Adamson, sale aceptablemente airoso de su salto a película de imagen real, aunque buena parte de ella son efectos digitales. Destaca sobre todo, por su eficaz narración, y el buen ritmo que le imprime a una película de más de dos horas, y que nunca decae.
Por otro lado, han querido hacer una historia demasiado clara, y en ese aspecto el argumento del film queda reducido a un esquema bien simple, donde todo es demasiado evidente, aunque eso sí, no llega a niveles vergonzosos como en otras películas, pero un poco más de ambigüedad, o sutileza, en sus propuestas, no le hubiera venido nada mal. También el desarrollo de personajes no está lo suficientemente bien tratado, sobre todo el que interpreta Tilda Swinton, que tiene mucho jugo y no está del todo exprimido.
En cuanto a los efectos digitales, éstos no son todo lo perfectos que debieran, sobre todo en lo que se refiere a los animales, pero bueno, tampoco molesta demasiado.
Y por último decir que la banda sonora de Harry Gregson-Williams es espléndida, realizando quizá su mejor trabajo, donde las influencias deHans Zimmer son evidentes; después de todo es uno de sus acolitos. Una música llena de épica y emoción, las que por momentos tiene la película, con la que se pasa un buen rato, sin pedirle más.
El Mundo de Narnia
No está claro si la
influencia de Tolkien tuvo peso en la producción
fantástica de Lewis. Ambos fueron exploradores de mundos
feéricos construidos con puntillosa exactitud. Pero más
allá de esto, lo cierto es que Lewis conceptualizó sus
trabajos de manera muy distinta a Tolkien. Su inclinación a
dirigirse hacia un público infantil, provocó adversas
reacciones por parte de sus colegas. Tolkien en particular,
criticó duramente el primer volumen de Narnia: El
León, la Bruja y el Ropero publicado en 1950. A su parecer,
varios elementos no resultaban coherentes ya que entraban en
contradicción con el contexto mítico en el que el relato
se inscribía. La presencia de personajes como el Padre Navidad,
animales parlantes, una bruja malvada y
niños, se ajusta claramente a un perfil infantil; además
de hacer una clara referencia al mundo cotidiano, del cual la obra de
Tolkien se desliga completamente.
Ninguna crítica, sin
embargo, amedrentó a Lewis. A este primer libro, siguieron otros
seis más, a razón de uno por año, todos referidos
a Narnia: El Príncipe Caspian, La travesía
del explorador del amanecer, La silla de plata, El
caballo y su niño, El sobrino del mago y La
última batalla (aparecido en1956).
Los libros de Narnia no
fueron bien recibidos por la crítica, no obstante, ganaron
rápida popularidad. Hasta hoy han vendido más de cien
millones de copias en todo el mundo, transformándose en uno de
los libros para niños más amados.
Crónicas de Narnia: El León,
La Bruja y el Ropero
La historia transcurre
durante la Segunda Guerra Mundial en Inglaterra y narra las aventuras
de los cuatro hermanos Pevensie –Lucy, Edmund, Susan y
Peter– que ingresan al mundo de Narnia a través de un
ropero mágico, mientras juegan a las escondidas en la casa de
campo de un anciano profesor. Los
chicos descubren un mundo fantástico habitado por animales que
hablan, enanos, faunos, centauros y gigantes, que ha sido condenado al
invierno eterno por la malvada Bruja Blanca, Jadis.
Guiados por el noble y
místico gobernante, el león Aslan, los niños se
enfrentarán a la poderosa y malvada Bruja Blanca en una
espectacular y decisiva batalla que cambiará los destinos de
todos.
La mágica historia,
que hasta ahora había existido en la mente de miles de lectores
en todo el mundo, está llegando a la pantalla grande de la mano
de Walt Disney Pictures y Walden Media. Andrew Adamson,
director de Shrek y Shrek 2,
está a la cabeza de un ambicioso proyecto que pretende completar
la saga de Lewis, de la cual El León, La Bruja y el Ropero
sería la primera entrega. Respaldados por el equipo de efectos
especiales de Weta, compañía contratada para El
Señor de los Anillos, no hay duda de que los productores
intentarán repetir el éxito de la trilogía de
Peter Jackson. «Resultó un gran desafío llevar
esta obra maestra al cine», reflexiona Adamson. «Intentamos
que la película realmente te transporte a otro lugar y a otro
tiempo.» Para ello se crearon más de sesenta razas de
criaturas, con sus diseños y culturas propias. Un arduo trabajo
que requirió la colaboración de miles de
diseñadores, artistas y extras. «Tanto Tolkien como
Lewis son los padres de la fantasía moderna»,
sentencia Adamson. «Ambos fueron buenos amigos y
colegas.» Sin embargo, los trabajos de Lewis claramente
abrevan en fuentes muy distintas a las de Tolkien, ya que a diferencia
del sudafricano, la mitología griega tiene un gran peso en la
obra de Lewis. En el mundo de Narnia conviven unicornios, faunos,
centauros y minotauros junto con elementos clásicos de la
literatura inglesa victoriana.
La película de Adamson
se estrena en noviembre y cuenta con una gran difusión
publicitaria., No es para menos, puesto que otro gigante más
desembarca por estas fechas: Harry Potter y el cáliz de fuego.
Dos colosos que competirán en las taquillas gracias a un
público producido por estrategias de marketing y, sin
lugar a dudas, por la calidad de sus referentes literarios.
C. S. Lewis
ESCENAS DE NARNIA |
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